BAJA ESPAÑA 2006 CAPITULO 4
Y llegó el día de la etapa reina. Hoy se recorrerán 270 km cronometrados non-stop entre Belchite y el recinto ferial de Zaragoza que suponen bastante más de la mitad del total de recorrido que disputamos en el trofeo nacional. La organización ha previsto dos puntos de repostaje intermedios, localizados en Alcañiz y Lécera. Nuestra estrategia es clara, debemos parar en ambas asistencias ya que no disponemos de depósito de combustible auxiliar y la autonomía del outlander apenas si llega a los 120 km. La noche anterior acordamos que Pablo y Justo se vayan a Alcañiz con el furgón de AUTOS POLA mientras que Marta, Inés, Susi y Javi se van a Lécera con el coche.
Nos ponemos en pie a eso de la 4.45 ya que a las 6.25 hemos de tomar la salida en el parque cerrado de la feria. Protegidos con nuestras cazadoras SOM3, recorremos juntos los 65 km de enlace hasta el punto de salida del tramo, ubicado en un parque eólico en las cercanías de Belchite. Disponemos del tiempo justo para desayunar y llenar los depósitos a tope, aunque podemos detenernos unos instantes a disfrutar de un bonito amanecer.
A eso de las 7.30 tomamos la salida. Arrancamos los tres separados por apenas minuto y medio. Dos curvas y una recta de 8 km atravesando el parque eólico para abrir boca. A pesar de la hora, hay bastante público viendo la salida. Jorge, agradecido como ninguno, les ameniza el madrugón saliéndose recto en la primera curva. Excursión por la era y llantazo al canto, el neumático ITP no tiene ni un rasguño, pero la llanta ha quedado maltrecha. Total, casi media hora perdida enderezando la llanta a pedradas y todo un mundo por recorrer con la rueda en semejantes condiciones.
Entretanto Santos y yo rodamos a buen ritmo, manteniendo las distancias, sin apenas polvo, por unas pistas muy rápidas y anchas hasta alcanzar el primer repostaje en Alcañiz, incluso puedo verle en los cambios de dirección más acusados. Únicamente dos puntos comprometidos al cruzar la N-232 en las cercanías de Azaila y un vadeo corto pero bastante profundo llegando a la asistencia. Santos pierde un poco de tiempo en este último punto mientras yo llego a la asistencia. Justo y Pablo llenan el depósito de nuevo mientras me cuentan las peripecias de Jorge.
Salgo de la asistencia emparejado con un kawa, superando a algunas motos que me precedían y que aun están repostando. Santos aún no ha llegado. La pista se vuelve un poco más tortuosa en algunas zonas y comienza un rosario interminable de motos y quads averiados en las cunetas. Los kilómetros transcurren con un goteo continuo pero lento en la pantalla del GPS. Mi próxima meta es el repostaje de Lécera, a 90 km de meta. Sigue el goteo de averías, el coco empieza a dar vueltas, ¿Y que hago yo aquí si el cacharro se avería en mitad de la nada?. La soledad del piloto únicamente se rompe en los controles de paso y en las travesías de los pueblos a los que acude cada vez más publico.
Llego a Lécera, repostamos mientras me dan un nuevo parte de noticias. Santos se ha caído poco después de la primera asistencia. No tiene nada grave pero está bastante magullado. Jorge circula sin mayores problemas intentado completar la etapa dentro de los límites del tiempo máximo establecido. Retomo el camino, próximo objetivo: rebasar el kilómetro 200, se cumple dos horas y media de carrera. La mente sigue dando vueltas, se añade un nuevo motivo de preocupación “Andrés, que tu no vives de esto, suave” me repito constantemente.
Entorno al kilómetro 240 la pista desciende hasta un paso inferior de la A23. A partir de este punto el trazado cambia radicalmente. El recorrido rodea una planta de REPSOL y se adentra en una pista de finísimo polvo en el que el outlander se hunde bastante. Continúo bastante fresco ya que he ido regulando el desgaste físico y nunca he dejado de beber. Antes de alcanzar el último control de paso a unos 10 km de meta consigo sobrepasar a dos participantes más. La zona más complicada ha finalizado y pongo rumbo al pabellón central de la feria que ya se divisa a lo lejos. Completo los dos últimos kilómetros del tramo que discurren pon un tramo espectáculo en el parking exterior de la feria. El sueño de acabar la baja parece realizable ahora. Paso el control de meta y me dirijo a la zona de asistencia. Esta prácticamente desierta, sospecho que hoy ha habido una buena criba.
Santos descansa en la autocaravana. Me comenta como ha sido el accidente mientras limpiamos el filtro del aire, el radiador y hacemos una rápida revisión general. Fue en la primera curva de derechas después del repostaje de Alcañiz. Se ha destalonado la rueda trasera izquierda y el outlander literalmente le ha escupido. Ha quedado un poco conmocionado pero con la ayuda de unos espectadores ha conseguido volver a la asistencia. La organización le ha llamado al poco tiempo para ver que sucedía ya que no había pasado con el siguiente enlace de radio. No ha tenido más remedio que abandonar. A pesar de ello sigue encantado con la baja, el año que viene seguro que estoy aquí, reitera.
Dejo mi vehiculo en el parque cerrado y aparece Jorge, muy contento también a pesar de su incidente. Por suerte puede aprovechar las llantas delanteras del outlander de Santos para salir en la última etapa. Publican los primeros resultados no oficiales, para mi sorpresa soy el noveno mejor tiempo, a solo 9 minutos del vencedor del tramo. Me coloco décimo en la general. No puedo evitar mirar el tiempo de Esteve y los pies vuelven automáticamente a la tierra, me ha sacado 45 minutos. Jorge finaliza en el puesto 40 pero puede sentirse afortunado ya que conseguido acabar dentro del tiempo límite.
Nos vamos al hotel, un bañito en la piscina, comer y una buena siesta. Aunque solo sean las dos de la tarde ya llevamos unas cuantas horas de pié. Tenemos toda la tarde libre así que nos vamos a ver la carrera a su paso por Azuara. Vemos pasar a las ultimas motos y a los primeros coches, pero los dolores de Santos de intensifican y decidimos acudir a una clínica en Zaragoza para un chequeo más exhaustivo. El parte de guerra definitivo refleja un esguince de tobillo, fuerte contusión en la cadera y posible fractura de escafoides. Cenamos de vuelta al hotel y directos a la cama. Aunque mañana es la última etapa y hay que madrugar menos, el cansancio acumulado se refleja en la cara de todos.
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