martes, agosto 15, 2006

BAJA ESPAÑA 2006 CAPITULO 5


Última etapa. Apenas 120 km cronometrados nos separan de finalizar la baja. La meta parece cercana pero no las tenemos todas con nosotros. Gasolina es la palabra clave. No hay ningún repostaje previsto en el tramo y la preocupación de si los 16 litros del depósito son sufientes, es grande. El equipo AUTOS POLA debe dividirse de nuevo ya que Jorge y yo estamos bastante separados en la clasificación y si le espero no podré completar el enlace en el tiempo previsto.


Partimos de nuevo hacia Belchite. El punto de salida es el mismo y desde ahí se toma rumbo directo hacia Lécera donde enlazamos con el tramo del día anterior y recorremos los últimos 100 km. Los nervios aparecen hoy un poco más que otros días, eso que comentan de la presión debe ser verdad. Éstos desaparecen instantes antes de la salida cuando se me acerca el quad que me antecedía en la clasificación y que salía justo detrás de mi. Me dice el tio “te voy a coger al poco de la salida, por favor, déjame pasar”. La arenga fue mano de santo. Tomo la salida con un nuevo objetivo. No me vas a ver ni el polvo, chaval.


A pesar de que el recorrido era el del día anterior la pista parecía otra. Tras haber hecho dos pasadas las motos, quad, coches y camiones, las rodadas estaban muy blandas y grandes piedras aparecen en mitad de la pista a la salida de las curvas. Intento rodar lo más rápido posible, pero manteniendo un recomendable margen de seguridad. Dos de los que salían delante de mí han roto por lo que tengo la pista despejada. Miro hacia atrás en un largo tramo de asfalto y tampoco veo a nadie, toda va bien.


A donde no quiero mirar es al testigo de la gasolina. La primera vez que lo miro es allá por el kilómetro 80, solo queda una raya y la luz de la reserva ya se ha encendido. Alarma. Aunque tengo una pequeña botella metálica con litro y medio de gasolina por si las moscas, dudo que llegue. Son 40 kilómetros y encima los más exigentes.


No tengo alternativa, solo rezar e intentar reducir el consumo al máximo. Alcanzo la zona de polvo fino. Está impracticable. La arena se queda pegada al interior de las llantas, formando una gran capa que hace el outlander imposible de conducir. Llego al último control de paso. 10 kilómetros a meta. Al menos sé que con lo de la botella voy a poder llegar. Justo cuando arranco en el control oigo el motor de la gente que viene detrás. La vista de la feria en la lejanía me tranquiliza. Me acerco a la zona de espectáculo, puedo ver a todo el equipo de asistencia animándome. En el primer salto el outlander hace amago de pararse por la falta de gasolina. Es lo de menos, ahora ya nada me impedirá acabar. Cruzo el arco de meta. Me fundo en un abrazo con Santos. Lo hemos conseguido, finalizamos la Baja España 2006.


Aún nos resta la última asistencia y el enlace final hasta el parque cerrado del Paseo Independencia en el centro de Zaragoza. En el podium una promesa queda en el aire, el año que viene aquí estaré intentando acabar el recorrido absoluto. Jorge llega también al podium con el resto del equipo de asistencia. Lo hemos conseguido gracias al trabajo de todos y cada uno de los miembros del TEAM AUTOS POLA. Pablo, Javi, Ines, Justo, Marta y Susi han sido tan importantes como Santos, Jorge o Andrés. Comemos, cargamos todo y vuelta a casa, aún nos queda un buen trecho hasta nuestra querida Asturias. Eso sí, hay que pasar por la feria. El puesto es lo de menos, lo importante era acabar y para eso hay que aparecer en la clasificación. Finalizo el tramo en el puesto 12 pero consigo subir en la general hasta el octavo puesto. Jorge acaba el 28 y 30 de la general. Todo ha acabado, lo dicho una promesa queda en el aire…

miércoles, agosto 09, 2006

BAJA ESPAÑA 2006 CAPITULO 4

Y llegó el día de la etapa reina. Hoy se recorrerán 270 km cronometrados non-stop entre Belchite y el recinto ferial de Zaragoza que suponen bastante más de la mitad del total de recorrido que disputamos en el trofeo nacional. La organización ha previsto dos puntos de repostaje intermedios, localizados en Alcañiz y Lécera. Nuestra estrategia es clara, debemos parar en ambas asistencias ya que no disponemos de depósito de combustible auxiliar y la autonomía del outlander apenas si llega a los 120 km. La noche anterior acordamos que Pablo y Justo se vayan a Alcañiz con el furgón de AUTOS POLA mientras que Marta, Inés, Susi y Javi se van a Lécera con el coche.


Nos ponemos en pie a eso de la 4.45 ya que a las 6.25 hemos de tomar la salida en el parque cerrado de la feria. Protegidos con nuestras cazadoras SOM3, recorremos juntos los 65 km de enlace hasta el punto de salida del tramo, ubicado en un parque eólico en las cercanías de Belchite. Disponemos del tiempo justo para desayunar y llenar los depósitos a tope, aunque podemos detenernos unos instantes a disfrutar de un bonito amanecer.


A eso de las 7.30 tomamos la salida. Arrancamos los tres separados por apenas minuto y medio. Dos curvas y una recta de 8 km atravesando el parque eólico para abrir boca. A pesar de la hora, hay bastante público viendo la salida. Jorge, agradecido como ninguno, les ameniza el madrugón saliéndose recto en la primera curva. Excursión por la era y llantazo al canto, el neumático ITP no tiene ni un rasguño, pero la llanta ha quedado maltrecha. Total, casi media hora perdida enderezando la llanta a pedradas y todo un mundo por recorrer con la rueda en semejantes condiciones.


Entretanto Santos y yo rodamos a buen ritmo, manteniendo las distancias, sin apenas polvo, por unas pistas muy rápidas y anchas hasta alcanzar el primer repostaje en Alcañiz, incluso puedo verle en los cambios de dirección más acusados. Únicamente dos puntos comprometidos al cruzar la N-232 en las cercanías de Azaila y un vadeo corto pero bastante profundo llegando a la asistencia. Santos pierde un poco de tiempo en este último punto mientras yo llego a la asistencia. Justo y Pablo llenan el depósito de nuevo mientras me cuentan las peripecias de Jorge.


Salgo de la asistencia emparejado con un kawa, superando a algunas motos que me precedían y que aun están repostando. Santos aún no ha llegado. La pista se vuelve un poco más tortuosa en algunas zonas y comienza un rosario interminable de motos y quads averiados en las cunetas. Los kilómetros transcurren con un goteo continuo pero lento en la pantalla del GPS. Mi próxima meta es el repostaje de Lécera, a 90 km de meta. Sigue el goteo de averías, el coco empieza a dar vueltas, ¿Y que hago yo aquí si el cacharro se avería en mitad de la nada?. La soledad del piloto únicamente se rompe en los controles de paso y en las travesías de los pueblos a los que acude cada vez más publico.


Llego a Lécera, repostamos mientras me dan un nuevo parte de noticias. Santos se ha caído poco después de la primera asistencia. No tiene nada grave pero está bastante magullado. Jorge circula sin mayores problemas intentado completar la etapa dentro de los límites del tiempo máximo establecido. Retomo el camino, próximo objetivo: rebasar el kilómetro 200, se cumple dos horas y media de carrera. La mente sigue dando vueltas, se añade un nuevo motivo de preocupación “Andrés, que tu no vives de esto, suave” me repito constantemente.


Entorno al kilómetro 240 la pista desciende hasta un paso inferior de la A23. A partir de este punto el trazado cambia radicalmente. El recorrido rodea una planta de REPSOL y se adentra en una pista de finísimo polvo en el que el outlander se hunde bastante. Continúo bastante fresco ya que he ido regulando el desgaste físico y nunca he dejado de beber. Antes de alcanzar el último control de paso a unos 10 km de meta consigo sobrepasar a dos participantes más. La zona más complicada ha finalizado y pongo rumbo al pabellón central de la feria que ya se divisa a lo lejos. Completo los dos últimos kilómetros del tramo que discurren pon un tramo espectáculo en el parking exterior de la feria. El sueño de acabar la baja parece realizable ahora. Paso el control de meta y me dirijo a la zona de asistencia. Esta prácticamente desierta, sospecho que hoy ha habido una buena criba.


Santos descansa en la autocaravana. Me comenta como ha sido el accidente mientras limpiamos el filtro del aire, el radiador y hacemos una rápida revisión general. Fue en la primera curva de derechas después del repostaje de Alcañiz. Se ha destalonado la rueda trasera izquierda y el outlander literalmente le ha escupido. Ha quedado un poco conmocionado pero con la ayuda de unos espectadores ha conseguido volver a la asistencia. La organización le ha llamado al poco tiempo para ver que sucedía ya que no había pasado con el siguiente enlace de radio. No ha tenido más remedio que abandonar. A pesar de ello sigue encantado con la baja, el año que viene seguro que estoy aquí, reitera.


Dejo mi vehiculo en el parque cerrado y aparece Jorge, muy contento también a pesar de su incidente. Por suerte puede aprovechar las llantas delanteras del outlander de Santos para salir en la última etapa. Publican los primeros resultados no oficiales, para mi sorpresa soy el noveno mejor tiempo, a solo 9 minutos del vencedor del tramo. Me coloco décimo en la general. No puedo evitar mirar el tiempo de Esteve y los pies vuelven automáticamente a la tierra, me ha sacado 45 minutos. Jorge finaliza en el puesto 40 pero puede sentirse afortunado ya que conseguido acabar dentro del tiempo límite.


Nos vamos al hotel, un bañito en la piscina, comer y una buena siesta. Aunque solo sean las dos de la tarde ya llevamos unas cuantas horas de pié. Tenemos toda la tarde libre así que nos vamos a ver la carrera a su paso por Azuara. Vemos pasar a las ultimas motos y a los primeros coches, pero los dolores de Santos de intensifican y decidimos acudir a una clínica en Zaragoza para un chequeo más exhaustivo. El parte de guerra definitivo refleja un esguince de tobillo, fuerte contusión en la cadera y posible fractura de escafoides. Cenamos de vuelta al hotel y directos a la cama. Aunque mañana es la última etapa y hay que madrugar menos, el cansancio acumulado se refleja en la cara de todos.

viernes, agosto 04, 2006

BAJA ESPAÑA 2006 CAPITULO 3


El despertador suena a eso de las 6.30. La noche anterior me ha costado coger el sueño, se nota que hoy comienza realmente la Baja España 2006. Acudimos al parque cerrado del Bernabeu a retirar el carné de ruta y cargamos nuestros outlander en el remolque rumbo al inicio del tramo del día. Siguiendo las instrucciones del road-book que la organización facilita tanto a participantes como asistencias, nos dirigimos a Santa María de Huerta, un pequeño pueblo soriano de apenas 500 habitantes que cuenta con un monasterio cisterciense de más de nueve siglos de historia.


Disponemos de casi tres horas para realizar el enlace y la asistencia previa al tramo por lo que nos entretenemos en comprobar las aptitudes camperas del furgón en las cunetas de la N-II. El resultado, que por fortuna fue óptimo, confirma las aptitudes de Pablo y Javi para participar en la categoría de camiones el año que viene, patrocinados por la más importante cadena de comida basura norteamericana.
Bromas a parte, es increíble ver el tinglado que participantes y equipos de asistencia preparan en escaso tiempo en mitad de una era soriana. Repostamos a tope, comprobamos la presión de nuestros neumáticos IPT y nos encaminamos a la línea de salida.


86 km cronometrados nos separaban de Almenar de Soria, recorriendo un trazado inédito en la baja. Las lluvias caídas los días anteriores dejaron la pista en unas condiciones óptimas, sin apenas polvo, con algunas pequeñas zonas embarradas incluso. El recorrido, muy rápido, con continuos cambios de superficie, discurría entre oteros en los espectadores se apostaban siguiendo las evoluciones de la carrera, para finalizar a los pies del castillo de Almenar.


En la primera curva del circuito superé al participante checo que me precedía y que estaba detenido esperando a un compañero que salía más rezagado. Tomándole poco a poco el pulso a la prueba recorrí los primeros kilómetros con bastantes precauciones. Todo era nuevo: señalización del recorrido, controles de intersección, controles de paso… Poco a poco iba acercándome a otra moto que salía delante. En los tramos rectos no podía más que intentar mantener la distancia ya que el outlander ni tan siquiera superaba los 120 km/h de punta pero en los tramos virados y en especial en las curvas más lentas, las distancias se reducían a pasos agigantados. Tras soportar durante un breve tramo la lluvia de piedras que la moto arrojaba, logré superarla, repitiendo la operación con otros tres participantes.


Cada vez disfrutaba más y era capaz de mantener un ritmo bastante bueno, sin apenas sobresaltos. En la parte final del tramo logre alcanzar un Yamaha Raptor tras el que circulé prácticamente hasta el final del tramo en el que logré superarlo. También en esta parte me superó un Suzuki 450 que aún no se ni por donde me paso ya que solo le vi una vez me había rebasado. Alcance el castillo de Almenar pletórico deseando que el tramo se alargara más, pero la calentura casi se enfría de súbito en la penúltima y última curvas del tramo en la que primero me equivoque de dirección y después milagrosamente conseguí rectificar una gran cruzada cuando prácticamente estaba volcando.


Pese a estos inconvenientes de última hora y a la penalización impuesta en el control horario del reagrupamiento del Estadio de los Pajaritos en Soria por entrar tarde conseguí acabar el día en la posición 20 de la general del trofeo nacional, con Santos a solamente dos segundos en el puesto 21, tras haber penalizado también y Jorge siguiéndonos la estela en la posición 23 a 23 segundos.


Mucho público nos encontramos durante todo el tramo, en el reagrupamiento y control de paso de Soria. Desde allí un nuevo enlace hasta Villar del Campo, donde tras una asistencia podíamos cargar de nuevo los outlander hasta el parque cerrado de la feria de Zaragoza. Acabamos el día celebrando el cumpleaños de Marta en el hotel, muy contentos, pero conscientes de que el tramo del día había sido solamente un aperitivo de los 270 km cronometrados que nos aguardaban a la mañana siguiente.


BAJA ESPAÑA 2006 CAPITULO 2


Y en estas llegó el día anterior a la partida. Como no podía ser de otra manera, con prisas, metimos todo el material como buenamente pudimos en el furgón, nos aseguramos de llevar toda la documentación de los OUTLANDER y nos despedimos hasta las 08.00 del día siguiente en la que partiríamos rumbo a la capital.


Llegamos a eso de las 16.30 al circuito del Jarama con tiempo más que de sobra para coger un buen lugar en la zona de asistencias y pasar las verificaciones administrativas y técnicas. Después de haber leído el reglamento pensábamos que las técnicas resultarían un poco más estrictas, pero finalmente solo se centraban en comprobar el funcionamiento del hombre al agua, las luces de freno y cruce, y en comprobar el numero de bastidor con la documentación. Dedicamos el resto de la tarde a visitar el enorme despliegue de los equipos de coches, sorprendiéndonos el gran número de participantes extranjeros que acudían a la prueba.


Al haber realizado todas las verificaciones la tarde anterior, pudimos evitar los tumultos de última hora y aprovechar la mañana para varias cosas. Nos levantamos a eso de las 09.00 recargando las pilas del sueño lo más posible. También hicimos acopio de víveres en la autocaravana para los días posteriores.


A eso de las 12.00 llegábamos al circuito del Jarama para reconocer el tramo superespecial. Esta inspección se podía realizar únicamente a pie, en bicicleta o ciclomotor. El tramo, de una longitud de 4,50 km discurría en buena parte paralelo al trazado de asfalto, añadiéndosele un par de zonas más técnicas con algún salto y una bajada bastante pronunciada. A pesar de que aún quedaba todo por delante veíamos necesario realizar una buena clasificación para salir lo más adelante posible al día siguiente, evitando de esta forma la mayor cantidad de molestos y peligrosos adelantamientos. Allí nos encontramos también con algunos foreros de Quadtreros y Quadszone.


En un principio preveíamos que la salida del tramo superespecial se realizara según el orden de dorsales, pero finalmente se invirtió este para que los pilotos punteros de motos y coches estuvieran más agrupados. El resultado fue que con los nervios a flor de piel a eso de las 15.45 recogíamos el carnet de ruta en el parque cerrado y nos dirigíamos hacia el arco de salida.


Santos era el primero de los tres en tomar la salida y marcaba un magnifico 10º tiempo de la general del trofeo nacional superando en el recorrido a dos participantes, aventajándonos a Jorge en 25 y a mí en 39 segundos. Finalizado el tramo, disponíamos de una hora para realizar la asistencia y de 48 minutos más para completar el traslado hasta el parque cerrado en el estadio Santiago Bernabeu. Una vez allí y tras pasar por el podium, nos volvimos al Jarama para recoger las carpas de la zona de asistencia y ver la evoluciones en el tramo de los últimos participantes de coches y de los camiones.


Personalmente opino que la organización de la prueba en Madrid dejó mucho que desear con continuos retrasos horarios, desinformación generalizada, fallos de cronometraje en la superespecial, ausencia de brieffing oral, enlace innecesario e incluso peligroso hasta el Santiago Bernabeu y lo peor de todo, la ausencia casi total de público en el circuito y nula en el estadio al que solamente acudieron unos cuantos manifestantes para reclamar el derecho de todos los amantes de la moto y el quad a un uso civilizado de nuestros vehículos en la naturaleza.





BAJA ESPAÑA 2006 CAPITULO 1


Ya estamos de vuelta de la baja amigos, más o menos enteros, pero tremendamente contentos. Como hay bastante que contar y muchas fotos por colgar, os iré contando por capítulos las peripecias del TEAM AUTOS POLA (hemos añadido lo de TEAM por que suena mucho más profesional) en la BAJA ESPAÑA 2006. Empezaré, como suele ser habitual, por el principio, con los meses previos a la prueba y todos los preparativos.


Recuerdo aún cuando surgió el reto. Fue en una cena de las típicas de final de año en la que nos juntamos unos cuantos amigos quadtreros asturianos. Santos había acudido varias veces a presenciarla y a Jorge y a mí el tema nos atraía mucho. Por aquel entonces parecía algo inalcanzable ya que ni tan siquiera ninguno de los tres había participado en prueba alguna, y menos en un raid, es más, yo aún andaba exprimiendo mi antiguo outlander 400. En un principio lo que era seguro cuando menos era que participaríamos en el campeonato de Asturias de quad crono, y después ya veríamos.


A comienzos de febrero sacamos la licencia para poder competir (sin saber muy bien en que) y poco a poco fueron publicándose los calendarios tanto del campeonato de España de rally TT como del asturiano. Aún quedaba mucho tiempo por delante ya que la primera prueba del certamen autonómico estaba programada para comienzos de julio, con lo que pusimos nuestros ojos en el raid de Enguera, la primera prueba del nacional que debía celebrarse a últimos de mayo. La suspensión a una semana vista de la cita valenciana, en la que teníamos depositadas muchas ansias de debutar, provocó que el acudir a la baja fuera ya algo imprescindible.


Estábamos una tarde en el circuito de la Belga ultimando el circuito para la celebración de la prueba de la copa Polaris cuando salió publicado el díptico de presentación de la baja. Salida desde Madrid, cuatro días de competición, 1300 km. de recorrido, que si el Carlos Sainz, que si el Nani Roma, 1000 eurillos de inscripción, etc… Debíamos de estar locos, pero no nos lo podíamos perder. Finalmente optamos por inscribirnos en el trofeo nacional, en definitiva aún seguíamos siendo noveles en competición y la diferencia económica de la inscripción era más que notoria.


AUTOS POLA, además de ceder el furgón y la autocaravana para el disfrute de todo el equipo, nos presto todos los recambios que preveíamos poder necesitar, puso a punto nuestros OUTLANDER 800 e incluso a última hora decidió desplazara a Javi, uno de sus mecánicos, para echarnos una mano con cualquier imprevisto mecánico que pudiera surgir en carrera. También recibimos el apoyo de SOM3 que nos donó una magnifica cazadora y unas botas para cada uno y de IMPNESA que nos proporcionó un indestructible juego de cubiertas. Lamentar que Jets Marivent, el importador de Bombardier no mostrará el más mínimo interés en apoyar al único equipo que iba a disputar la baja con tres de sus ATV.


Si importe era el contar con apoyo material, más importante aún era rodearse de un equipo humano que nos ayudara en las asistencias y traslados. Conseguimos un conjunto de galácticos (Justo, Marta, Javi, Pablo, Inés y Susi) que nos apoyaron y soportaron en todo momento. El encontrar amigos dispuestos a perder casi una semana de vacaciones levantándose a las 05.00 de la mañana y encima costeándose la estancia abundan mucho menos aún que los patrocinadores.